miércoles, 30 de agosto de 2006

De lo que leo desde que no nos vemos

Desde que no nos vemos no sé ni donde vivo. Cuando llegamos a nuestro domicilio y pulsamos el botón del portero automático, solemos presentarnos con una afirmación consoladora: "Soy yo". En aquel tiempo yo tenía veinte años y estaba loco, salí de aquella casa llorando como un niño. Pero en cuanto el intrépido viajero pone los pies en el agua, comprende que los grandes viajes de ahora sólo se realizan en patera, con una tragedia apuntando en la nuca, y con muchas posibilidades de que no sobreviva ninguno de los valerosos navegantes para contar la peripecia. Había perdido un país, pero había ganado un sueño. Y si tenía ese sueño lo demás no importaba.

Ahora que no me abrazas todo parece poco, hablo con las estrellas, quizá me volví loco. Sin jefe conocido, sin tareas previstas, sin horarios que cumplir ante las responsabilidades del orbe, liberado de los grandes designios y de los dogmas providenciales, al ciudadano no le queda más programa que la vida ociosa, esa jubilación sentimental aconsejada, en paralelo, por la comodidad del presente y por las manchas crueles de las viejas banderas. ¿Qué puede hacer uno con ilusiones de doble filo en medio de la tranquilidad de un balneario? Ni trabajar, ni rezar, ni estudiar en la madrugada.

Desde que no me llamas la tristeza me espera. Se asoma a las ventanas, se esconde en las aceras, en el sudor global de los turistas, el agobio del tráfico y de las salas de espera, las visitas masificadas a los viejos recintos de la soledad, los codazos de la multitud, alimentan las cursilerías de algunas almas cándidas que pretenden buscar la verdad con el antiguo espíritu de los viajeros románticos. Junto a los perros románticos.

Ahora que no me hablas he perdido el camino y voy de barra en barra, pregunto si te han visto. La subjetividad es una deuda perpetua, un espacio que busca sentido en las facturas y las hipotecas, un lugar vacío con pretensiones de quedar cubierto. Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu. Una habitación de madera, desde que no me hablas me siento tan vacío.

La vulgaridad no sería una mala solución para el mundo, siempre que estuviese mejor repartida. En penumbras, en uno de los pulmones del trópico. Los abismos existen también en las distancias cortas. Muchos ciudadanos, en vez de buscar los mares del sur o los paisajes exóticos de la lejanía, utilizan las vacaciones para encontrarse a sí mismos. Y a veces me volvía dentro de mí y visitaba el sueño: estatua eternizada en pensamientos líquidos, un gusano blanco retorciéndose en el amor. Un amor desbocado.

Hubo tiempos en los que la gente, sobrecargada de poder y vanidad, segura no sólo de sus certezas, sino incluso del lugar que sus certezas ocupaban en la realidad. Un sueño dentro de otro sueño. Las certezas se han convertido en preguntas, en viajes preparados como ejercicios de autoayuda, y uno se acerca a las selvas, a los mares o a los desiertos con una interrogación murmurada: "¿Usted, por casualidad, no sabrá quién soy yo?". Y la pesadilla me decía: crecerás. Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto, y olvidarás. Tus últimas palabras no sabrán del olvido.

¿Saben ustedes con quién están hablando? Soy la factura de una librería, un recibo de la luz, la cuota de un sindicato, de una organización política, de Amnistía Internacional, de tres niños apadrinados y del carné de socio del Real Madrid. En fin, soy una reunión legal de causas perdidas. Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen. Estoy aquí, dije, con los perros románticos Y aquí me voy a quedar. Ahora que no nos vemos he vuelto a aquellos vicios, aprendí a echar de menos y nunca seré el mismo.

Luis García Montero.
Roberto Bolaño.
Enrique Urquijo.

jueves, 17 de agosto de 2006

Arriesgar lo imposible

Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre.
Quien se atreva a más es insensato.

Todo lo que termina...
BCN. Noviembre, 05.

En nuestros locos intentos,
renunciamos a lo que somos
por lo que esperamos ser.

domingo, 6 de agosto de 2006

Dirán que se sale de la línea de este blog, pero es que no me hago a la idea:


Es una incoherencia que no se me ocurre cómo pueden resolver los "expertos" si han descartado los milagros...

Por ahora parece que han resuelto lo demás:

  • France-Telecom compra Amena-móviles, y de paso Wanadoo y Uni2... Asi se convierte en el operador integrado mayor tras Telefónica: Orange.
  • El Gobierno no ha intervenido, lo cuál es un misterio para los no iniciados...
  • Le encarga a la empresa Kilika que rebautice los más de 5000 puntos de venta con el nuevo logotipo, la misma que lo hizo con los 4000 de Moviestar en un dia.
  • Y han puesto en su página verde un enlace al Orange, que sigue saliendo en verde...

Si "La vida es móvil, y móvil es Vodafone"... (+ Beckam)

Si Movistar es ‘ya no hay nada que no puedas hacer con tu móvil’... es esa M extraña ...es Telefónica... (+ Alonso)

¿qué será Orange?...

Suponiendo que Vodafone es el del medio, además no posee internet ni cable... ¿qué extremo podrá elegir Orange para oponerse a Movistar? ¿No elegir? ¿Seguiremos siendo irremediablemente libres?

¿Cómo transformar Wanadoo, Uni2 y Amena en Orange?

¿con un lema que se llamará "Open"?

Si eso recuerda irremediablemente a la clausurada academia Opening, y a E.On...

¿Qué puede ser más contrario al sector de casi 11 millones de usuarios de Amena?. ( Yo soy al menos tres de esos :)

Porque Amena nació con vocación de rechazo al monopolio de Telefónica, en un principio lo llamaron libertad, ¿eres libre? ... ¿cómo superar ese concepto?

Ay, varias cosas sobre este video:

Tiene el pelo como lo lleva ahora Beckam...

No tiene cuello, cual Alonso...

Dice "carada" de mi próximo single... es 1972...

Al que tiene casi 20 años lo matan por cruzar la alambrada, libre...

Camina sin cesar detrás de... no, esto si es muy obvio ;)



Les pongo tres de los últimos anuncios de Amena, antes de morir de nostalgia:

Tarifa por segundos del amigo argentino...

Cada vez más... y más lejos

Y el profe de piano...



Y no pudiendo evitarlo voy a cerrar con mi solución, porque se me ocurre una canción y un logo para la Orange, todos llenos de trampas de la nostalgia...

Una naranja verde...

Quizá inmadura o que se viste como quiere...


Y una canción, reconociendo que el concepto es inferior, pero la esperanza mayor...

Y que Eva parece una naranja aqui más que nunca...

viernes, 4 de agosto de 2006

Para los tiempos futuros

Me he despertado con un sueño que no fue mio... Una fiesta de disfraces donde me soñaban discursiva con gorro y público, burguesa con anteojos de cristalito afilado y rubia de bar y baño (esta no llevaba disfraz)... Los personajes se juzgaban con aprensión en la distancia... Y si me dan a elegir entre todas las vidas yo...