lunes, 13 de febrero de 2006

El viaje de Chihiro con Sabor a sandía

Chihiro entra en un túnel, nada más aburrido que un túnel decía Martín, es túnel todo el tiempo. Un mundo animal donde los humanos huelen a humanos, un olor insoportable; se van convirtiendo en fantasmas si no pierden su identidad y trabajan para la reina. Una mezcla de Rebelión en la granja y Alicia en el país de las maravillas. Orwell, Carrol y un "estar en el Tao" que se me escapa.
Me asombró la determinación de la niña, más aún que la de la gitana torera que entrevistó Quintero hace tres semanas, pero siempre me asombran estas cosas.
A Chihiro le borran su nombre por el de Zen ¿quizá Shen?. Pero ella no olvida su identidad y cruza un rio de vías sumergidas hasta el otro lado, para buscar el equilibrio del lado bueno en la bruja mala. Al final llueve y el rio se seca. El niño protagonista resulta ser el curso del rio donde la niña se cayó una vez de pequeña.


En el Sabor de la sandía el silencio se vuelve una carga también insoportable. Escuché no hace mucho en una tertulia de cine empezada que hablaban de un pueblo donde no llovía y estaban desesperados, y tras varios intentos deciden recurrir a señales y causas mágicas, invitando a un maestro Zen, que tras tres dias encerrado en una de las casas provoca la lluvia. Su explicación fue que simplemente en el pueblo habían salido del Tao, él se concentró para salirse de su centro y reencontrar el equilibrio.
Al entrar en la película empezada y perderme la sodomización de la sandía, pensé que era la misma y me la pasé buscando el Tao. Resultó una mezcla de números musicales y necesidades básicas.
La protagonista cruza el puente arrastrando una maleta que no consigue abrir, mientras ve en la acera que han asfaltado su llave incrustada y brillante. Hay un rio de gente cruzando el puente con paraguas pero nunca llueve. Aunque por debajo no hay gente sino un curso de agua turbia y sandias que subjetivamente parecían burbujas. ¿Cómo no pensar que esa maleta estaba cargada de lluvia?

domingo, 5 de febrero de 2006

Hechos de gente

Que yo sea ultrajado y aniquilado,
pero que en un instante, en un ser,
Tu enorme Biblioteca se justifique.

Tres veces, tres, se ha resistido este post. La presión de un público que se precipita, mojado en la inacción. De señales iba. De excentrarse para encontrar el centro, pero ocurrió que nada sucede, como Auden ya pensó, en la inutilidad de las palabras. "Hechos, no palabras", decía el eslogan del PP, creo que en el 1993, luego lo cambiaron por uno menos delator pero sin esa contundencia que en la acción se demuestra. Si aún sirve la intención, no era clara, pero sí distinta, aunque asumo que "lo difuso sigue sin tener ninguna fuerza".

Mientras que las frases se tallen en muebles o en muñecas, con un punzón, un rotulador o un vidrio no podré mirarme sin intención de pasado, sin que las señales sean obvias sólo porque yo las vea. Y cómo salir de esta espiral, círculo vicioso, o simetría dinámica, que suena más a rio, a risa perdida. Hace ya un año le decía, a una de las burbujas que no están, que nisiquiera sabía si el que hubiera un Sentido tendría sentido. Sigo en la esquina de esa calle sin salida, pero yo veo un centro, una burbuja, un París en la mochila de los 17 años, un pliegue que "nadie habrá dejado de observar".

A Punset le libró de la melancolía el "haber ido de obsesión en obsesión". No tenía tiempo para deprimirse. A mi la obsesión no me ha librado de encontrar en todos los caminos agujeros negros, señales que no cambio por ningún deseo innato. ¿Son de Verdad "velos en el corazón" los que me impiden aceptar que "el deseo innato de todo hombre y mujer es la felicidad" y no la justicia?

La Felicidad Hedonista, la Comprometida y la Significativa. La ciencia admite tres niveles de concepto difuso, encontrar la fuerza, los límites de la ciudad, encontrar la salida. ¿Salir de la Ciudad? ¿Encontrar el centro?. Ser Uno con lo que se hace. La teoría M resumida en un restaurante chino seis polvos después de la felicidad primera. Los contornos del anillo de Júpiter, tan imposible como simplicar compromiso a sólo una palabra sin hacer. El significado del gato y su caja, la paradoja de un ser vivo y muerto porque todo es relativo, si no fuera porque hubo un ¿Y? en una playa tras una ecuación de onda imaginada en un muro, tan cerca de la felicidad tercera, ni es que estuvo cerca. Todos hechos de gente.

"Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo."

¿Es la justicia una felicidad significativa? ¿Es Una o La? ¿Es mi critero o es universal? ¿Se puede ser Uno? ¿Será mi Culpa si confio? ¿Será un velo si no Creo?. Me han preguntado por el sentido del Blog, por su objetivo, quizá haya que esperar que él solo se justifique, acaso en sus afueras:


(II)
¿Quién?
¿Quién es el dormido?
Si me callo, ¿respira?
Alguien está presente
que duerme en las afueras.

Las afueras son grandes,
abrigadas, profundas.
Lo sé pero, ¿no hay quién
me sepa decir más?

Están casi a la mano
y anochece el camino
sin decirnos en dónde
querríamos dormir.

Pasa el viento. ¿Le llamo?
Si subiera al salón
familiar del octubre
el templado silencio
se aterraría.

Y quizá me asustara
yo también si él me dice
irreparablemente
quién duerme en las afueras.



(IV)

Como la noche no

quiero que tú desciendas,

no quiero cumplimiento

sino revelación.

Desciende hasta mis ojos,

veloz, como la lluvia.

Como el furioso rayo,

irrumpe restallando

mientras quedan las cosas

bajo la luz, inmóviles.

Que no quiero

la dulce caricia dilatada,

sino ese poderoso

abrazo en que romperme.

jueves, 2 de febrero de 2006

Está


Descripción:
Ella está echada en la penumbra humedeciendo la
madrugada inicial.
Hay un jardín en ella y él está deslumbrado en ese jardín.
Acción:
Florece entera para él, se estremecen,
callan con el mismo rumor.
La noche va a ser cortada por un viaje
como por una espada.
Detalle:
Intercambian libros, papeles, promesas.
Ninguno de los dos sabe aún lo que se han prometido.
Se visten, se besan, se separan.
Ella sale a la oscuridad, acaso al olvido.
Espera:
Cuando él regresa al cuarto, la encuentra echada en la
penumbra húmeda.
Nunca ha partido, nunca partirá.