miércoles, 28 de octubre de 2009

Pero tú me seguías el juego

Me acosan melodias de otro tiempo, intento cerrar puertas y se me abren canciones. Escribo otras cosas, pero el blog se queda... Es una canción "nueva" de Quique, espero os guste


jueves, 15 de octubre de 2009

Polvo en el aire

Cuando fuimos a ver a Quique no hizo este numerito de doble sentido. Nos hubiera gustado, sí hablo por los dos. Seguro a él no, pero tampoco está para llevarme la contraria. Así que nos hubiera gustado, así que por eso lo pongo y porque me gusta mucho esta canción.

Polvo en el aire y asientos vacíos,

comienza el baile después de silbar.

Todo estaba mejor cuando estaba contigo,

dime qué noche te toca librar, me olvido...

Vienen a por mí, vale.

¿ A quién le toca hacerme un traje?

¿ A quién se va a llevar de viaje?

¿ Sabes lo que quiero decir?

¿ Sabes que pasé por aquí?

Polvo en el aire si emprendo el camino,

tierra y cristales si no puedo más.

Todo tiene el color de lo que aún está vivo.

Polvo en aire, mi estrella fugaz, mi amiga...

Vienen a por mí.

¿ A quién le toca hacerme un traje?

¿ A quién se va a llevar de viaje?

¿Sabes lo que quiero decir?

¿ Sabes que pasé por aquí?

Ahora tengo que ir soltando lastre,

consiguiendo credenciales.

¿ Sabes lo que quiero decir?

¿ Sabes que pasé por aquí?

lunes, 12 de octubre de 2009

El Cielo

Ocurre a veces que dentro de un libro de Filosofía Presocrática, donde habla del pitagorismo, refriéndose a Filolao de Crotona, encuentra uno una mención de Aristóteles al Sistema Planetario, al Fuego y al centro, y uno entiende que quizá algo encaja, y que ya pensaron por uno, y que uno es inexplicablemente feliz al leer esto tal vez sólo por el hallazgo, tal vez...

" La mayoría de los pueblos dice que la tierra esta situada en el centro del universo... pero los filósofos itálicos, llamados pitagóricos sostienen lo contrario. Dicen que en el centro está el fuego y que la tierra es una de sus estrellas, que, con su movimiento circular en torno al centro, da origen a la noche y al día. (...) Los pitagóricos sostienen que la parte más importante del mundo que es el centro, debe ser custodiada en grado máximo y llaman al centro, o mejor, al fuego que ocupa ese lugar "fortalez de Zeus", como si la palabra centro fuera completamente inequívoca, y el centro de la figura matemática se identificara siempre con el de la cosa o el centro natural. Pero es preferible concebir el centro del firmamento entero de un modo análogo al de los animales, en los que son diferentes el centro del animal y el del cuerpo."
Aristóteles, de caelo (B 13, 293a 18)

"- ¿es cierto que hay un ajedrez indio de setenta y dos piezas?
- Es postulable -dijo Oliveira- la partida infinita.
- Gana el que conquista el centro. Desde ahi se dominan todas las posibilidades, y no tiene sentido que el adversario se empeñe en seguir jugando. Pero el centro podría estar en una casilla lateral, o fuera del tablero.
- O en un bolsillo del chaleco.
- Figuras -dijo Morelli-. Tan difícil escapar de ellas, con lo hermosas que son."
Rayuela, Capítulo 154.

"Pero todo eso, el canto de Bessie, el arrullo de Coleman Hawkins, ¿no eran ilusiones, y no eran algo todavía peor, la ilusión de otras ilusiones, una cadena vertiginosa hacia atrás, hacia un mono mirándose en el agua el primer día del mundo? Pero Babs lloraba, Babs había dicho: " Oh sí, oh sí que es verdad", (...) porque solamente las ilusiones eran capaces de mover a sus fieles, las ilusiones y no las verdades. (....) Cerrando los ojos alcanzó a decirse que si un pobre ritual era capaz de excentrarlo así para mostrarle mejor un centro sin embargo inconcebible, tal vez no todo estaba perdido y alguna vez, en otras circunstancias, después de otras pruebas, el acceso sería posible. "
Rayuela, Capítulo 12.

jueves, 8 de octubre de 2009

Ruido

Comenzó siendo una carta directa "he descubierto que", luego el ruido consiguió sublimarse en atención, y la carta empezó a recortarse menos densa en "rellenando los huecos para sobrevivir", y por fin el ruido se hizo claro y era nada más que el de todas las noches como de apilar cosas enormes e incontables con alevosía por supuesto y en la calle menosmal.

Total que la carta ya se estaba escribiendo para nada porque el insomnio era sólo ruido de casas nuevas para uno y desconocidas para todos, total que sólo eran las dos de un ruido que pasaría como la película de la noche, una que te enseña que los hombres son todavía más simples de lo que, y sin embargo, vamos que no llaman porque no quieren.

El caso es que cesa el ruido y otra vez estamos tú y yo solos, bueno, sola yo, tú en la carta, en tu papel, de alguna manera presente siempre, cuando uno no dice para siempre y luego el ruido y pasa esto. Y cuando uno lo dice e igual se acaba pero pasa esto y el ruido. Igual el ruido, el para siempre, el presente, la carta que se escribe que pudiendo explicarse que siendo las dos que no siendo el ruido no sabría decir de este insomnio.