Ocurre a veces que dentro de un libro de Filosofía Presocrática, donde habla del pitagorismo, refriéndose a Filolao de Crotona, encuentra uno una mención de Aristóteles al Sistema Planetario, al Fuego y al centro, y uno entiende que quizá algo encaja, y que ya pensaron por uno, y que uno es inexplicablemente feliz al leer esto tal vez sólo por el hallazgo, tal vez...
" La mayoría de los pueblos dice que la tierra esta situada en el centro del universo... pero los filósofos itálicos, llamados pitagóricos sostienen lo contrario. Dicen que en el centro está el fuego y que la tierra es una de sus estrellas, que, con su movimiento circular en torno al centro, da origen a la noche y al día. (...) Los pitagóricos sostienen que la parte más importante del mundo que es el centro, debe ser custodiada en grado máximo y llaman al centro, o mejor, al fuego que ocupa ese lugar "fortalez de Zeus", como si la palabra centro fuera completamente inequívoca, y el centro de la figura matemática se identificara siempre con el de la cosa o el centro natural. Pero es preferible concebir el centro del firmamento entero de un modo análogo al de los animales, en los que son diferentes el centro del animal y el del cuerpo."
Aristóteles, de caelo (B 13, 293a 18)
"- ¿es cierto que hay un ajedrez indio de setenta y dos piezas?
- Es postulable -dijo Oliveira- la partida infinita.
- Gana el que conquista el centro. Desde ahi se dominan todas las posibilidades, y no tiene sentido que el adversario se empeñe en seguir jugando. Pero el centro podría estar en una casilla lateral, o fuera del tablero.
- O en un bolsillo del chaleco.
- Figuras -dijo Morelli-. Tan difícil escapar de ellas, con lo hermosas que son."
Rayuela, Capítulo 154.
"Pero todo eso, el canto de Bessie, el arrullo de Coleman Hawkins, ¿no eran ilusiones, y no eran algo todavía peor, la ilusión de otras ilusiones, una cadena vertiginosa hacia atrás, hacia un mono mirándose en el agua el primer día del mundo? Pero Babs lloraba, Babs había dicho: " Oh sí, oh sí que es verdad", (...) porque solamente las ilusiones eran capaces de mover a sus fieles, las ilusiones y no las verdades. (....) Cerrando los ojos alcanzó a decirse que si un pobre ritual era capaz de excentrarlo así para mostrarle mejor un centro sin embargo inconcebible, tal vez no todo estaba perdido y alguna vez, en otras circunstancias, después de otras pruebas, el acceso sería posible. "
Rayuela, Capítulo 12.
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