jueves, 8 de octubre de 2009

Ruido

Comenzó siendo una carta directa "he descubierto que", luego el ruido consiguió sublimarse en atención, y la carta empezó a recortarse menos densa en "rellenando los huecos para sobrevivir", y por fin el ruido se hizo claro y era nada más que el de todas las noches como de apilar cosas enormes e incontables con alevosía por supuesto y en la calle menosmal.

Total que la carta ya se estaba escribiendo para nada porque el insomnio era sólo ruido de casas nuevas para uno y desconocidas para todos, total que sólo eran las dos de un ruido que pasaría como la película de la noche, una que te enseña que los hombres son todavía más simples de lo que, y sin embargo, vamos que no llaman porque no quieren.

El caso es que cesa el ruido y otra vez estamos tú y yo solos, bueno, sola yo, tú en la carta, en tu papel, de alguna manera presente siempre, cuando uno no dice para siempre y luego el ruido y pasa esto. Y cuando uno lo dice e igual se acaba pero pasa esto y el ruido. Igual el ruido, el para siempre, el presente, la carta que se escribe que pudiendo explicarse que siendo las dos que no siendo el ruido no sabría decir de este insomnio.

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