La Felicidad Hedonista, la Comprometida y la Significativa. La ciencia admite tres niveles de concepto difuso, encontrar la fuerza, los límites de la ciudad, encontrar la salida. ¿Salir de la Ciudad? ¿Encontrar el centro?. Ser Uno con lo que se hace. La teoría M resumida en un restaurante chino seis polvos después de la felicidad primera. Los contornos del anillo de Júpiter, tan imposible como simplicar compromiso a sólo una palabra sin hacer. El significado del gato y su caja, la paradoja de un ser vivo y muerto porque todo es relativo, si no fuera porque hubo un ¿Y? en una playa tras una ecuación de onda imaginada en un muro, tan cerca de la felicidad tercera, ni es que estuvo cerca. Todos hechos de gente.
"Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo."
¿Es la justicia una felicidad significativa? ¿Es Una o La? ¿Es mi critero o es universal? ¿Se puede ser Uno? ¿Será mi Culpa si confio? ¿Será un velo si no Creo?. Me han preguntado por el sentido del Blog, por su objetivo, quizá haya que esperar que él solo se justifique, acaso en sus afueras:
(II)
¿Quién?
¿Quién es el dormido?
Si me callo, ¿respira?
Alguien está presente
que duerme en las afueras.
Las afueras son grandes,
abrigadas, profundas.
Lo sé pero, ¿no hay quién
me sepa decir más?
Están casi a la mano
y anochece el camino
sin decirnos en dónde
querríamos dormir.
Pasa el viento. ¿Le llamo?
Si subiera al salón
familiar del octubre
el templado silencio
se aterraría.
Y quizá me asustara
yo también si él me dice
irreparablemente
quién duerme en las afueras.
(IV)
Como la noche no
quiero que tú desciendas,
no quiero cumplimiento
sino revelación.
Desciende hasta mis ojos,
veloz, como la lluvia.
Como el furioso rayo,
irrumpe restallando
mientras quedan las cosas
bajo la luz, inmóviles.
Que no quiero
la dulce caricia dilatada,
sino ese poderoso
abrazo en que romperme.
7 comentarios:
Vaya entrada, si mi ladybug, deacuerdito en todo. Tengo que romper yo el fuego como de costumbre. Los hechos son de otra gente,y esperamos los tuyos pero me ha gustado lo de la justicia y los justos. Yo creo que es justo que seas feliz. Un saludo
Pues si las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas. Me voy a esperar el autobus ya me he cansado de estar aqui.
Aaaaay... Ladybug, qué feliz me haces. Una sonrisa todo el tiempo de la lectura... sí mujer...
Para mí la realidad y mi recuerdo de los hechos no son lo mismo, no sé para el resto.
Creo que la pesada fachada de la realidad no es única (claro), la esencia del recuerdo no es la derivación de los hechos en sí, sino la subsistencia o perduración de apariencias a-isla-das... ¿no?
Dice Borges, (no el tuyo) "Esa poesía es la natural de nuestra ignorancia".
(Anda, no me busques mujer, que no estoy preparada para los hechos ;-) )
NO entiendo nada. Me retiro del mundanal ruido... o algo.
He conseguido bajar a Calamaro del escenario de mis penas, que para algo deben servir los "cuadritos histéricos" del señor Mondrian plantados cual hierba en el Prado, más allá del museo claro. Allá los justos con su silencio.
Dando vueltas al tema, en el curso de mi Desvio, buscando desesperadamente el equilibrio, que quizá no sea esa la palabra, he relacionado realidad, necesidades, Chihiro, lluvia, Tao y cómo sobrevivir con este silencio de distintas cargas. Espero te gusteee ;)
Mucho mucho ruido. Silencioso ruido.
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