miércoles, 24 de diciembre de 2008

Carmen, Ray, Cristina.

Iba en el coche, quizá fue esta semana, y escuché a alguien explicar que cuando un quart unido a otro, o "enredado" se separa, aunque estén a gran distancia, si se cambia el spin a uno, el otro lo cambia instantáneamente. Es el enredo cuántico a lo que Einstein llamó "distancia espeluznante". Esto lo decía Carmen París, hablando de cómo se le ocurrió el bolero de su disco Incubando, leyendo La ciencia antigua y el misterio de la Luna, que sostiene la hipótesis "inverosímil" de la Luna es un satélite artificial.


Hay algo que nos inquieta,
nos rodea
¡qué distancia espeluznante!
De tu puerta hasta la mia,

Si la mides, Un océano contempla…
Emociones largamente maniatadas,
se pasean desvestidas
y por eso nuestras almas en su danza,
vida mía, no se pueden desligar.


"Jamás se me ocurriría imaginar que podrías consolarte
algún día de Juan con algún otro,
aunque naturalmente lo harás porque todos acabamos haciéndolo,
pero será otra cosa, quiero decir que no lo harás deliberadamente,
como quien cierra una puerta" (62)
Iba en el coche, quizá no esta semana, y escuché en la radio a alguien explicar que escribía de los sentimientos, que era lo único que le interesaba. Hablaba de un hombre enamorado del amor, un amor que no es un “intercambio inmediato de bienestares”, sino algo como una obsesión noble, algo demasiado hermoso para según qué bares. Una defensa fiera de no dejarse derrumbar por las circunstancias, es decir, el amor como voluntad, no como víctima de una circunstancia concreta. Era Ray Loriga. El programa de radio era el mismo, también la hora, yo iba al mismo sitio, y lo que pasó después modificó lo escuchado antes, si es que tiene sentido hablar de antes y después.


“Todos los conceptos esenciales que manejamos como sociedad son estrictamente literarios. Seríamos monos sin saber qué nos pasa sin las palabras.”

Y resulta que esa distancia es fruto de un error, una gran equivocación de traducción, es lo que se llama un fatal bug. Como si no hubiésemos entendido nada al entrar en el restaurante Polydor y escuchar que piden un castillo sangriento, como si la interpretación fuera fruto del azar, esa distancia espeluznante es lo que Einstein en realidad (hay que llamarlo de alguna manera Hélène) llamó una "espeluznante acción a distancia".

Y hay quien dice que esa "espeluznante acción a distancia" podría ser la clave para la "propulsión de espacio profundo", la idea es aplicar un sistema de impulso iónico como forma de propulsión de un cohete utilizando una corriente de partículas cargadas, o iones, como chorro de salida. El impulso iónico proporciona una relación menor de empuje-peso que los cohetes químicos, pero a causa de su muchísimo más lento consumo de combustible, pueden acelerar gradualmente una nave hasta velocidades que ningún cohete químico puede alcanzar. Espacio profundo, a distancia infinita de la ecuación de onda del puñal y la memoria.


En ese fruto del azar e intercambio de quarts y spines, fruto de un error fatal, la distancia fue una acción espeluznante y rapidísima por lo rápida que es la vida, e ingresé en un estado blue, blue, blue, del que ni Martín Romaña sabría decir si es materia o espíritu lo que se transforma para recordarte cómo vas perdiendo el tiempo en defender lo que no te importa nada, mientras las batallas se van librando ya sin ti, con el tiempo vencido, el tiempo infinito del que ya no va a buscar nada. Un gran error, un simulacro.

Todo el mundo creo que tiene una novela que escribir pero no encuentra el hueco para hacerlo. Si es que todos creemos que somos fascinantes y necesitamos un hueco para contarlo”

"En un tiempo Morelli había pensado un libro que se quedó en notas sueltas. La que mejor lo resumía es ésta: "Psicología, palabra con aire de vieja. Un sueco trabaja en una teoría química del pensamiento. Química, electromagnetismo, flujos secretos de la materia viva, todo vuelve a evocar extrañamente la noción del mana; así, al margen de las conductas sociales, podría sospecharse una interacción de otra naturaleza, un billar que algunos individuos suscitan o padecen, un drama sin Edipos, sin Rastignacs, sin Fedras, drama impersonal en la medida en que la conciencia y las pasiones de los personajes no se ven comprometidas más que a posteriori. Como si los niveles subliminales fueran los que atan y desatan el ovillo
del grupo comprometido en el drama.
O para darle el gusto al sueco: como si ciertos individuos incidieran sin proponérselo en la química profunda de los demás y viceversa, de modo que se operaran las más curiosas e inquietantes reacciones en cadena, fisiones y transmutaciones."

Capítulo 62 de Rayuela.


“Todo lo que no sea amor, no es nada.
El resto de temas me interesan muy poco.
Y si mi interesan es con el sonido del amor.
Con esa música, ya sea con la del amor,
el desamor, el intento, la búsqueda, el fracaso...
Para mí es la música que suena
alrededor de todo lo demás.
El amor es como meter la luz en la habitación:
una vez que se enciende, puedo ver el resto de las cosas.”

"Todo sería como una inquietud, un desasosiego, un desarraigo continuo, un territorio donde la causalidad psicológica cedería desconcertada, y esos fantoches se destrozarían o se amarían o se reconocerían sin sospechar demasiado que la vida trata de cambiar la clave en y a través y por ellos, que una tentativa apenas concebible nace en el hombre como en otro tiempo fueron naciendo la clave-razón, la clave-sentimiento, la clave-pragmatismo. Que a cada sucesiva derrota hay un acercamiento a la mutación final, y que el hombre no es sino que busca ser, proyecta ser, manoteando entre palabras y conducta y alegría salpicada de sangre y otras retóricas como esta."

“lo que me divertía de esta historia es que es un tipo que va a la desgracia como quien va a la feria, con enorme entusiasmo. Me gusta pensar en Sebastián como alguien que se hunde en un río con una piedra y no quiere soltarla. Y no tiene por qué hacerlo. Tampoco creo que haya nada de masoquismo. Hay algo de aprecio por lo que es tuyo. La dignidad de este personaje es que no deja que le roben lo que es suyo.”

Sin embargo, el fenómeno de la espeluznante acción a distancia" sólo podría darse a una velocidad superior a 10.000 veces la de la luz. Esa increíble velocidad considerada como mínima para que pueda darse semejante fenómeno hace pensar que su existencia en la naturaleza es "inverosímil".


“Creo que la química secunda al amor pero no lo impone. Creo en el amor que construye enamoradas y dioses que viene a ser casi lo mismo.”

Cortázar murió diciendo que le faltaba por escribir la novela en que hablaría de todas las mujeres que habían pasado por su vida.

Sebastián "Se sabe muerto ahora,
pero no muerto para siempre".





“Nunca para ti es quizá

yo no me equivocaba

la desazón se va a llevar

en esta temporada

tal vez no debí dejar

que jugaras con mi falda

que difícil es guardar

la distancia adecuada…”


Cristina Rosenvinge.

Tu labio superior.


5 comentarios:

Lili dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada, me ha gustado mucho tu blog.
Me llama la atención en el texto de cabecera que pongas estoy en lugar de estaba. No sé si será error, pero también me gustó.

Ladybug dijo...

Jo Lili, cuánto tiempo sin comentar nadie nuevo y con identidad. Me alegro que te guste. Y no, no es un error.

Anónimo dijo...

No te pude poner la identidad porque olvidé mi contraseña, pero me alegra que me aclarases ese presente. Coincido mucho en las referencias, y eso me trajo a tu blog. Seguiré leyendo. Hoy ya le pegué un buen repaso.

Lili dijo...

El caso es que olvidé la contraseña de mi identidad.
Coincido mucho en las referencias contigo, eso me trajo a tu blog. Llevo un buen rato de acá para allá, leyéndote. Seguiré visitándote, en presente.

Ladybug dijo...

Alguien que coincide en referencias... debe ser un milagro de esos de Octubre, es lo que pasa :)