Dicen que Javier Marías es uno de los grandes, un gigante de laliteratura española, 5 millones de libros vendidos y traducción a 40 lenguas, argumentos inapelables. Dicen que cada vez escribe más como Cervantes, esto último muy cierto, se sobre-explica, allí donde el boom latinoamericano deja abierto el camino al azar y la interpretación Javier pone una lupa en la situación y la escudriña, la machaca, la recoge y junta de nuevo para volver a analizarla, juzgarla y la mayoría de las veces condenarla moralmente y dejarla vivir, porque este mundo, ay, es injusto (sic). Así que he terminado Los enamoramientos con una extraña curiosidad no resuelta, tanto revolver, tanto juzgar, tanto alterar el orden normal de los acontecimientos (lo que vulgarmente es un flash-back), tanto motivo reteque-explicado se queda sin resolver, se queda en efectismo vacío, y lo peor es que a la mitad vas sospechando que lo importante no te lo va a decir, vas a llegar al final ajusticiado y sin condena. Aún así este libro es como una canción de Sabina de estos tiempos, mejor que sus contemporáneos, lejos de sus mejores tiempos.
PD: No deja de ser curioso que el libro que se nombra tantas veces como los personajes hablan del crimen, la novela de Balzac, El coronal Chabert, el libro que sirve de guía del camino de la protagonista, es el mismo que acaba de editar Marías en su editorial Reino de Redonda, es la promoción en estos tiempos.