martes, 21 de febrero de 2006
lunes, 13 de febrero de 2006
El viaje de Chihiro con Sabor a sandía
domingo, 5 de febrero de 2006
Hechos de gente
La Felicidad Hedonista, la Comprometida y la Significativa. La ciencia admite tres niveles de concepto difuso, encontrar la fuerza, los límites de la ciudad, encontrar la salida. ¿Salir de la Ciudad? ¿Encontrar el centro?. Ser Uno con lo que se hace. La teoría M resumida en un restaurante chino seis polvos después de la felicidad primera. Los contornos del anillo de Júpiter, tan imposible como simplicar compromiso a sólo una palabra sin hacer. El significado del gato y su caja, la paradoja de un ser vivo y muerto porque todo es relativo, si no fuera porque hubo un ¿Y? en una playa tras una ecuación de onda imaginada en un muro, tan cerca de la felicidad tercera, ni es que estuvo cerca. Todos hechos de gente.
"Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo."
¿Es la justicia una felicidad significativa? ¿Es Una o La? ¿Es mi critero o es universal? ¿Se puede ser Uno? ¿Será mi Culpa si confio? ¿Será un velo si no Creo?. Me han preguntado por el sentido del Blog, por su objetivo, quizá haya que esperar que él solo se justifique, acaso en sus afueras:
(II)
¿Quién?
¿Quién es el dormido?
Si me callo, ¿respira?
Alguien está presente
que duerme en las afueras.
Las afueras son grandes,
abrigadas, profundas.
Lo sé pero, ¿no hay quién
me sepa decir más?
Están casi a la mano
y anochece el camino
sin decirnos en dónde
querríamos dormir.
Pasa el viento. ¿Le llamo?
Si subiera al salón
familiar del octubre
el templado silencio
se aterraría.
Y quizá me asustara
yo también si él me dice
irreparablemente
quién duerme en las afueras.
(IV)
Como la noche no
quiero que tú desciendas,
no quiero cumplimiento
sino revelación.
Desciende hasta mis ojos,
veloz, como la lluvia.
Como el furioso rayo,
irrumpe restallando
mientras quedan las cosas
bajo la luz, inmóviles.
Que no quiero
la dulce caricia dilatada,
sino ese poderoso
abrazo en que romperme.
jueves, 2 de febrero de 2006
Está
Descripción:
Ella está echada en la penumbra humedeciendo la
madrugada inicial.
Hay un jardín en ella y él está deslumbrado en ese jardín.
Florece entera para él, se estremecen,
La noche va a ser cortada por un viaje
Intercambian libros, papeles, promesas.
Ninguno de los dos sabe aún lo que se han prometido.
Se visten, se besan, se separan.
Ella sale a la oscuridad, acaso al olvido.
Cuando él regresa al cuarto, la encuentra echada en la
penumbra húmeda.
Nunca ha partido, nunca partirá.