martes, 4 de julio de 2006

Larry Goldings: Whatever It Takes...


Iba, no sé si a beber, pero bebimos aquella noche, con corbata, seguro se llamaba Lucía, porque parecía de Uruguay, aunque Jimena era del Perú, dicen que Patri, nosotros la queremos tanto porque fue nuestra Eva.

“…Jelly Roll estaba en el piano marcando suavemente el compás con el zapato a falta de mejor percusión, Jelly Roll podía cantar Mamie’s Blues hamacándose un poco, los ojos fijos en una moldura del cielo raso, o era una mosca que iba y venía o una mancha que iba y venía en los ojos de Jelly Roll…”

No iba a ser Eva por lo que yo recordara a Pablito con su árbol, sino por la historia hecha de piolines en los bolsillos de todas las veces que salí a beber después para volver a esa noche. Yo también quise tener un sueño el martes que viene.

“Babs había tomado tantos trenes en la vida, le gustaba viajar en tren si al final había algún amigo esperándola, si Ronald le pasaba la mano por la cadera, dulcemente como ahora, dibujándole la música en la piel, Two-seventeen’ll bring her back some day , por supuesto algún día otro tren la traería de vuelta, pero quien sabe si Jelly Roll iba a estar en ese andén, en ese piano, en esa hora en que había cantado los blues de Marie Desdume…”

Los ovillos se hicieron de pisadas de faldas afiladas de pliegues de aquella noche, casi negra, casi horror vacui, casi luna de luz blanca en la negra luz del Blues, casi Selene en palabras de Blas. Me queda una expresión para mi sillón Voltaire, ahora que la Magdalena no fue tal "¿cómo acostarse con alguien que no te desea?".

“la lluvia sobre una claraboya de París a la una de la madrugada, los pies mojados y la puta que murmura If you can´t give dollar, gimme a lousy dime , Babs se hacía una idea muy especial de las camas de los reyes pero de todos modos alguna mujer habría dicho una cosa así, If you can´t give a million, gimme a lousy ground , cuestión de proporciones, y por qué el piano de Jelly Roll era tan triste, tan esa lluvia que había despertado a Guy, que estaba haciendo llorar a la Maga, y Wong que no venía con el café.”

No iba a ser tampoco esa noche por la que yo quisiera volver. Nisiquiera volver, sino ir a ver porqué Lucía, por qué rulemanes, por qué Carter cuando yo pensé en “manosnubes”, cómo aunar para sacar de los piolines esta historia sin romperla al desenrollar todo lo que cogí sin saber soltar.

yo iba casi diariamente a su casa por la mañana, en vez de ir a clase; nos fumábamos algo, la ayudaba a ordenar la casa, ella hacía un potaje para toda la familia... tiene una mano afortunada para la cocina, porque nunca ha sabido, en realidad empezó a probar a hacer papeos y todos le salían bastante decentes. Hablábamos mucho, nos contamos todo sobre nuestros noviazgos, ligues... Nos bebimos unas cinco botellas de franjelico, una vez

..."toda esa francmasonería de sábado por la noche en la pieza del estudiante o en el sótano de la peña, con muchachas que prefieren bailar mientas escuchan Star Dust o When your man is going to put you down , y huelen despacio y dulcemente a perfume y a piel y a calor, se dejan besar cuando es tarde y alguien ha puesto The blues with a feeling y casi no se baila, solamente se está de pie, balanceándose, y todo es turbio y sucio y canalla"

Iba a ser este martes en este río de la casualidad en que busco piso y me encuentro con un bote lento de jazz. Slow boat, me dice pablito… justo hoy, me dice que no subestime el poder de esta casualidad. Ésta de que tras un fugaz encuentro infantil en un árbol en el que grabó mi nombre, Pablo aparezca de la mano secreta de Eva. Que me cuente que cuando lo encontramos aquella noche tenían algo super-estable, cual enlace, que llevaban en secreto. “A secreto del mundo” me dijo, ¿y por qué?

…pues porque fuimos muy naturales uno con el otro, sólo nos veíamos para estar juntos…de noche, para salir, de día para tomar té o fumarnos un cacharrito; para enrollarnos cuando surgía. Durante meses buscándonos diariamente; pero surgió que tan naturales fuimos que seguimos caminos separados. Ella se fue a Barcelona, toda hippy. Yo aquí todo vallero de la costa...
y ahora que volvió, nos vemos en coches distintos, "¡¡¡eeeehhh!!!" piiii piiiii

No iba a ser yo la que subestimara la casualidad de que ellos se reencuentren mañana, para el concierto que me recomienda “sobremanera”…

el jazz es fácil, requiere un poco de esfuerzo el primer minuto del tema, después, sólo hay que escuchar lo que se inventan los músicos a partir de ese primer minuto

"entonces sube una trompeta poseyéndolas por todos los hombres, tomándolas con una sola frase caliente que las deja caer como una planta cortada entre los brazos de los compañeros, y hay una inmóvil carrera, un salto al aire de la noche, sobre la ciudad, hasta que un piano minucioso las devuelve a sí misma, exhaustas y reconciliadas y todavía vírgenes hasta el sábado siguiente"

Iba a irme sin decir que a mi el jazz… que yo no siento… que yo no sé… que yo de ese época tengo resurrecciones esperando la crucifixión … que mientras me hablaba yo intentaba terminar en este caracol de sueño esta historia que no se deja contar…

"Pienso en la música que se está perdiendo, en las docenas de grabaciones donde Johnny podría seguir dejando esa presencia, ese adelanto asombroso que tiene sobre cualquier otro músico. "Esto lo, estoy tocando mañana" se me llena de pronto de un sentido clarísimo, porque Johnny siempre está tocando mañana y el resto viene a la zaga, en este hoy que él salta sin esfuerzo con las primeras notas de su música."

“…algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizás había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o que quizá había otros caminos y que el que tomaron era el mejor, pero que quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias, y que un hombre es siempre más que un hombre y siempre menos que un hombre, más que un hombres porque encierra eso que el jazz alude y soslaya y hasta anticipa, y menos que un hombre porque de esa libertad ha hecho un juego estético o moral, un tablero de ajedrez donde se reserva ser el alfil o el caballo, una definición de libertad que se enseña en las escuelas, precisamente en las escuelas donde jamás se ha enseñado y jamás se enseñará a los niños el primer compás de un ragtime…”

Los ovillos, en una mezcla de Blues, noche, luz de estrellas polares… una historia que va y viene, que le digo a Pablo para que él lo diga, que no sabe lo que me molesta la hora y el quedarme con esto colgado en el laberinto de andenes, diciendo adiós a las casualidades de poetisas, primos policías, babel y sus llamadas sin contestar en buzones sin voz. Porque sin letra, Pablito, no sé entender nada, eso es lo que me pasa, que ese árbol podía haber crecido por cualquier rama de las que dejamos allí con las carreras en las que yo siempre llegaba tarde, nisiquiera última…

-"La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo. Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte, para decirlo amablemente. En una palabra, le revienta la circunstancia. Más brevemente, le duele el mundo. Usted lo ha sospechado, Lucía, y con una inocencia deliciosa imagina que Oliveira sería más feliz en cualquiera de las Arcadias de bolsillo que fabrican las madame Léonie de este mundo."

-…y ahora me voy a tocar el piano un rato

-¿me seguirás otro dia la historia?

-parece que la "historia" continúa

-qué cosas que se saben en un momento que no sabes para qué te las han revelado

-quizá pequé de hablar mucho, pero no sé, me gusto más indefenso, sin secretos...

No iba a decirle, te lo digo ahora Pablito, que eso sí era lo que quería contar, esa era la palabra, indefenso, estaba indefenso con esa luz, tras el sueño que yo no pude dormir. Bebimos también esa noche, pero todo fueron lagunas que lleno con miedo de perderla y no poder volver a unir los piolines y juntar los rulemanes tras la puerta de mi historia ajena…

es ese punto de buena vibración que se le nota a la gente que asociamos con que si nos acompañan...no va a pasar nada malo, sino todo lo contrario...te encuentras algo de valor en el suelo, alguien extravagante se te acerca para hablarte de las constelaciones o de las relaciones entre la religiosidad cultural y las músicas electrónicas…

Iba, Eva, Patricia, Jimena, Lucía, Glenda, whatever, no sé si (a) acabar, pero los piolines se van desenredando, con la casualidad a un poema cocido con el hilo de tus ojos, que sonaba, en homenaje a Enrique.. a Pablo es el mío, por servir de hilo a la “coincidencia” como el la llamó, del sueño del otro mundo, del lado de los resucitados en árboles de acordes aún por venir

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