lunes, 20 de septiembre de 2010

Somos

Supe de Labordeta por un cd que me llegó de Zaragoza hace quizá 9 o 10 años. Estaba Amaral, Más birras, estaba Cass, y unas banderas rotas. Aquellas banderas eran del diputado que murió ayer. La sensación de tristeza, o de dolor por España, algo imposible de escribir de nuevo sin extrañeza, es lo que trasmite esa canción, la mía, porque las banderas sobre la mesa son individuales, y por tanto rotas. No creo que vuelva a nacer Unamuno en otro ser que no sea Labordeta. Murió Unamuno un 31 de diciembre, Machado dijo que murió en una guerra contra sí mismo, y un año antes había nacido Labordeta antes de acabar la guerra de Unamuno, que era la nuestra. No conozco al de la mochila, más al cantautor y al diputado, cada uno elige a quién conoce.

—¿Y cuál es su argumento, si se puede saber?

—Mi novela no tiene argumento, o mejor dicho, será el que vaya saliendo. El argumento se hace él solo.

—¿Y cómo es eso?

—Pues mira, un día de estos que no sabía bien qué hacer, pero sentía ansia de hacer algo, una comezón muy íntima, un escarabajeo de la fantasía, me dije: voy a escribir una novela, pero voy a escribirla como se vive, sin saber lo que vendrá. Me senté, cogí unas cuartillas y empecé lo primero que se me ocurrió, sin saber lo que seguiría, sin plan alguno. Mis personajes se irán haciendo según obren y hablen, sobre todo según hablen; su carácter se irá formando poco a poco. Y a las veces su cáracter será el de no tenerlo.

—Sí, como el mío.

—No sé. Ello irá saliendo. Yo me dejo llevar.

—¿Y hay psicología?, ¿descripciones?

—Lo que hay es diálogo; sobre todo diálogo. La cosa es que los personajes hablen, que hablen mucho, aunque no digan nada (...). El caso es que en esta novela pienso meter todo lo que se me ocurra, sea como fuere.

—Pues acabará no siendo novela.

—No, será... será...nivola.

¿Por qué Unamuno si ha muerto Labordeta?. Ha muerto a las puertas de un gran cambio en España, de una gran crisis, una brecha de clases, como si no hubiera querido quedarse a ver, y así murió Unamuno. Todo lo que hacían desprendía una pérdida, una postura profunda y contraria a lo que se llevaba, un discurso grave y cargado de dignidad... Curioso que acabo de encontrar el primer libro de Labordeta: Unamuno: diario poético (1965). Pues eso, al morir Jose Antonio ha vuelto a morir Unamuno...


Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.

No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.

Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.

He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy me extraño
a mí mismo y descubro no vivía.

En horas de Insomnio.
Miguel de Unamuno.


No hay comentarios: