domingo, 25 de abril de 2010

Todo hasta que

Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor

el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico

la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe

la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor

cómo cambian las cosas
en la niebla


los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no se ven

pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú

la niebla no es olvido
sino postergación anticipada

ojalá que la espera
no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro

y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas

Hombre que mira a través de la Niebla.
Mario Benedetti

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