domingo, 3 de octubre de 2010

-Bobby Fisher, Bobby Fisher, -¿quién ha dicho eso?


Cuenta que Bobby acabó sus días oyendo voces que lo llamaban sin parar, voces que fueron reales y pasaron a quedarse sólo en la mente de su autor... escuchamos los corderos que balaban en las noches de Clarice en el silencio de los susodichos, los que preseguían al Dr. Nash es el caso más parecido y menos perturbador (por americano quizá), al que ahora nos ocupa: los que perturban la paz del matemático ruso judío Gregory Perelman...


Es un artículo del País... hay que ir allí a leerlo... dejo aquí la entradilla:

"Es uno de los grandes cerebros del siglo XXI. Ha revolucionado las matemáticas, abierto nuevos campos de investigación, resuelto la conjetura de Poincaré, recibido y rechazado los más altos galardones mundiales, incluido uno de un millón de dólares. Pero Grigori Perelman prefiere vivir aislado y pobre en un destartalado apartamento de San Petersburgo. ¿Por qué? ¿Qué se esconde detrás de este ser taciturno y egocéntrico, de este antiguo niño prodigio educado en los más avanzados laboratorios de la inteligencia soviéticos? Esta es la historia de Grisha, el genio."





3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y quién te va a entender?

Anónimo dijo...

Karpov, Karpov.

Anónimo dijo...

Narcisista sí! Pero reprimido nada!