-Hola, busco unos aromas que sustituyen el sabor a mantequilla, almendras, cacao, ¿tienes algo de eso?
-Mmmm, justo esta mañana una señora se llevó los últimos, ella se llevó de clavo, limón, fresa y anís, creo.
-Y de los que yo te pido, ¿traes?
-Si, bueno... Pero, ¿para qué?
-Ah, pues para una dieta.
-Mira, si no es indiscreción, ¿y por qué no haces la dieta sin eso? Sacrificándote.
¿Y este del herbolario de qué va ahora?
-Pues porque llevo un mes y me estoy cansando, y lo recomiendan, y...
-Ah, pero ¿los de la dieta?
En este punto le cuento hasta lo de la dieta, soy una aguantadora.
-Pues mira, no son los aromas esos los que necesitas, no. Yo te veo mal, de los nervios.
-¿Si?
-Y retienes líquido, la dieta no te hace falta.
-Fíjate.
-Necesitas otra cosa, deja de ocuparte de los demás, resuelve tus problemas primero.
¿ Pero de qué va el Eladio?
-Y qué tienes para eso.
-No, si yo no te quiero vender nada.
-Bueno, pues me llevo esta leche en polvo.
-Yo bebo leche, pero de cabra, hazme caso, no te hace falta la dieta, mira cómo tienes la piel, viene tanta gente buscando otra cosa diferente a la que necesita.
-¿Cómo tengo la piel?
-Roja, y como que estás tensa. Retienes.
-Yo siempre he sido así.
-Pues es algo enquistado entonces. Ven aquí. Mira al cartel de Reiki ese.
Después de un "masaje" que algunos llamarían de otra manera, y de que yo no "sintiera irse nada". Mi amigo Eladio tiene una conclusión:
-Claro, lo estás bloqueando, lo que te pasa es muy fuerte entonces. Yo te recomiendo eso. Pero no tienes que hacerme caso.
-Dame a ver lo que me recomiendas.
-No era mi intención venderte nada.
-Sácalo ya Eladio.
-Ahora lo traigo.
Un diurético, un relajante y un masaje "más localizado" y 30 euros después...
-Entonces te ha relajado.
-Un poco sí.
-Ves, aunque si te liberas, te aliviará más, es una práctica de Chakras, chamánica.
-Soy una aguantadora.
-Pues eso es malo.
-Tan malo no es, que si no no estaría aquí.
-Pero es malo para tí.
Son cojones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario