miércoles, 8 de julio de 2009

El Icono

"Mi amor está apretado en este puño,
triturado y apelmazado hasta volverse
una bola chirriante, una estrella portátil
que puedo sacar del bolsillo
y acercar a tu cuerpo para quemarlo,
para tatuarlo."



En la parte inferior del portátil, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí un aviso antivirus; luego comprendí que ese icono era una ilusión producida por los vertiginosos fantasmas nocturnos. El diámetro del Icono sería de dos o tres milímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la pieza del puzzle, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo.


Vi el famoso blue raincoat que no es el mismo, vi la noche no tan negra, vi las costumbres inadeacuadas de la doble negación. Vi la telaraña de la ilusión del 126, vi una cartografía de Rayuela en Google, vi los ojos del lector malherido queriendo ignorar el infinito, vi al infinito ignorar al hombre, vi todos los ordenadores del planeta y ninguno me vio. Vi el Paseo de Gracia, vi las postales perdidas desde Barcelona, ni las hojas de la Plaza que intentó llenar los huecos, vi la canción de los motivos de Sabina y me vi cuando me gustaban esas canciones, vi una mujer que si no fuera por mi capacidad de olvido yo, vi a la rubia sosa, vi que creíamos violenta con vergüenza, vi al escritor con mucha más vergüenza. Vi el árbol del jardín donde grabó mi nombre, vi a Pablito en el Bluesbar enseñando Tu Nombre tatuado más allá de donde la espalda pierde su, vi en una calleja de Madrid un rastro del 1º Philosophiae naturalis principia mathematica de Newton, vi a un tiempo cada drama de cada incendio (de chica yo solía maravillarme de que las distancias pudieran contarse), vi la noche que ahora ya no puede ser recordada, vi un video que han visto miles de personas para liarla parda, vi el dormitorio y nada obviedades, vi a Enrique torpe para defenderse con pena, vi mi cuarto argentino, vi la Sensación de Vivir en el malditismo, vi el Guggenheim en la palma de la mano, vi estos últimos veranos y los anteriores, vi a los de las Sexta salvados, vi estos últimos inviernos y el que viene, vi a nuestra planta como crece sin órganos sexuales, vi cronopios, no, no los vi, vi todos los poemas que anoche se sentaron a verme, vi tu telescopio en mi cuadro sobre el espejo, vi los email que me hicieron temblar hasta el destierro, eran mios. Vi la Plaza de la Paja sin saber que lo era, vi lo que fuimos en versión pervertida por mi capacidad de olvido, vi que nunca estuve allí, vi el desfile de varias obsesiones, vi toda secuencia sin entenderla, vi el icono desde todos los puntos. Vi las piezas del puzzle en la tierra, están ahí, vi las caras del kibutz, vi mis recuerdos sentarse a mirarme en dimensiones amarillas, vi que los olvidaría, vi que se encriptarían como un secreto, vi que al puzzle le faltarían piezas, vi que había nostalgias que no eran las mías y usurpaban nombres y pérdidas, vi mis zapatos de alma en pena que algún ser no habrá dejado de observar en el momento en que el suelo se pliega antes de llegar al dormitorio y… me he perdido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=fASJuCtBgrw&feature=related