"En el estar-resuelto, el Dasein es su futuro;
en el ser-culpable, es su pasado;
y en el actuar entra en el presente.
El Dasein no es nada más que ser-tiempo.
El tiempo no es nada que nos llegue
del exterior del mundo, sino lo que yo mismo soy."
Martin Heidegger.
La obsesión por el orden imposible, por las piezas que encajan como la línea que recorría a su pesar un camino con principio y sin fin, una recta, esa que es infinita, que se pierde por el suelo, esa desesperada necesidad de que se pierda y de que no se vea el fondo, el final, la esfera de Parménides cuánto daño nos ha, el afán de eternidad, ay, el afán...
Le sigue la lista de las listas, las listas de cosas que tenemos que hacer porque si no las habremos perdido, porque si no nos habremos perdido. Hay que ordenar esas listas porque uno no puede agarrarse a ellas en el desorden, volver a buscar un orden, una economía de medios para los fines eternos, los lugares comunes, las palabras vacías, la tranquilidad de esto es lo que me ha pasado, ahora que lo sé, yo ahora que lo sé...
Luego los formatos de Chillida, cuenta que en una reunión con Heidegger le aconsejó que publicara su Ser y Tiempo de edición especial en el formato que él intuitivamente había elegido para escribir, los editores contuvieron la respiración... cuartillas, lo escribió "intuitivamente" en cuartillas (Chillida no pensó en la comodidad de lo que le quedaba a mano, sino en que eso era una intención con sentido de la proporción, )... asi que a Heidegger le pareció muy bien, asi que a los editores no tanto (cosas de la falta de afán de eternidad), asi que se publicó así o "fue ahí" finito como ser en el tiempo, eterno como la intuición del formato, de la materia, "velocidad en el espacio".
Está el problema del lenguaje, no el del idioma que crea patrias e idiotas (otro día), sino el de que las cosas sean posibles, que se puedan decir y entender, que esté por encima de amigos freudianos o existencialistas, un núcleo de crítica, o alienación, o relatividad, o mundo de las ideas o los velos de Heidegger que han usado los cristianos, no los de la falsa sábana santa (otro día), sino los del corazón, el velamiento que nos impide ver que el hombre está en las cosas, el ser-en-el-mundo, sin embargo Heideggger pensaba que el lenguaje más que instrumento era lugar donde el ser habita, el desvelamiento era correspondencia y no velo, la metáfora era la forma propia de la vida y no un velo que detrás llevara al señor.
El libro, polémicas de nacional-socialismo aparte, es un intento de orden, de no perderse en medio de los uniformes, de sacar al yo del todos nosotros, de superar la "cosificación de la consciencia", es una forma de ser en el mundo como lo son las otras teorías nucleares, como cualquier obsesivo que se precie (y sabe que se aprende sobre lo aprendido) sus experiencias le llevan a la única idea de reforzar su idea central del Dasein, sin embargo para Heidegger del Olvido del Ser son todos culpables, el platonismo, el cristianismo, el liberalismo, el socialismo, el marxismo y el comunismo. Para Heidegger el conocimiento es posterior, la existencia solo se entiende desde la propia experiencia, el entendimiento es sólo un ajuste, lo que "está siendo" se nos presenta en un contexto de "encaje práctico", no debido a que posea cualidades inherentes sino por la intencionalidad que posee....
Y los universales, la verdad absoluta que Heidegger nos niega, los obispos se apropian, y Lo Otro nos refuerza, lo que a veces llamamos "intuir" tras el orden de la Biblioteca, el Aleph que quisimos ver en la playa tras una ecuación de onda o felicidad, lo que Popper para tranquilizarse llamó nicho biológico (de uno mismo, y sin embargo de Otro) y Jung para sincronizarse con el Cosmos llamó el inconsciente colectivo (es decir de todos, un lugar común). Los conceptos, los universales, la verdad universal, la verdad absoluta, el criterio para. La esencia que precede a la existencia o nadie habrá dejado de observar que nuestro poder de abstracción no es más que una capacidad de olvido, una debilidad de la memoria. Y sin embargo yo, que no puedo estar más en desacuerdo con la parte nuclear de Ser y Tiempo, siento al leerlo un dolor de desasosiego, una vieja necesidad de sentido, una intuición de orden que no es el mismo orden pero es la misma necesidad, el mismo deseo común, la misma lluvia, el mismo intento de Sentido.