domingo, 30 de agosto de 2009

Orquídeas

Varias veces intenté escribir sobre las orquídeas. Pensaba tener un hilo, quería seguirlo......
El ladrón de Orquídeas, sobre como escribir del bloqueo del escritor y no ser Mañas sino Kaufman.....
La fecundación de las orquídeas de Darwin, o como se recurre al engaño para sobrevivir sin ser el más fuerte......
La Flor de Mayo, la orquídea flor nacional de Venezuela (¿qué significará "flor nacional"???)......
Teofrasto, las llamó "Orchis" (testículos, que es en lo que termina la raíz, hay que matarla para ver eso)........


...hasta leí o alguien me contó que el mayor cultivador de orquídeas era un chino que había conseguido reproducirlas en cajas de Coca-Cola, 65 por caja, un récord guiness (no he podido saber), lo que no sé es si era para exportarla como vainilla, única especie productiva, o como planta para adornar efímeramente ambientes occidentales.. porque como nadie habrá dejado de observar, las orquídeas se mueren... se van muy pronto y para los impacientes no vuelven. Tengo una orquídea muerta en la ventana y me viene a la cabeza todo el tiempo este poema (ya sabemos que la mente es obsesiva, lo dicen hoy en el EPS.)

Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico

la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe

la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor

cómo cambian las cosas
en la niebla

los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos

los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no se ven

pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú

la niebla no es olvido
sino postergación anticipada

ojalá que la esperano desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro

y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas.


Mario Benedetti.
(Hombre que mira a través de la niebla).

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