sábado, 6 de junio de 2009

Momentos inesperados

La escena más parodiada de American Beauty es cómo no la de los pétalos cayendo del cuerpo de Mena Suvari (sí, he tenido que buscar su nombre, cómo recordarlo, y la escena, cómo olvidarla),

Según he leído la rosa que aparece en el cartel de la película es una canción de Sinatra, American Beauty rose, y lo es porque Sinatra admiraba este tipo de belleza, la belleza cuidada artificialmente, y no era su manera, es la manera americana, la belleza es inmaculada, la de la rosa manipulada para no tener espinas. La canción viene de este tipo de rosa, muy común en Norteamérica, de apariencia perfecta, sin espinas ni olor. Es una canción muy conmovedora, no sabe si quedarse con Daisy, Iris, Blossom, Camelia, Magnolia, Maggie, Susan, ... todas tienen algo: cariñosas, altas, guapas, trágicas, ...nombres de mujeres y de flores, Frank se conmueve mucho cuando están en flor y le cuesta elegir, al final elige una rosa, americana y perfecta:

How can I choose one, I love 'em all

Still I finally chose an American beauty rose.

"El crecimiento de un gran negocio es simplemente la supervivencia del más apto... La rosa American Beauty sólo puede alcanzar el máximo de su hermosura y el perfume que nos encantan, si sacrificamos otros capullos que crecen a su alrededor. Esto no es una tendencia malsana del mundo de los negocios. Es, meramente, el resultado de una combinación de una ley de la naturaleza con una ley de Dios."

Es una frase de Rockefeller y se utilizó como metáfora en la película de lo que viene a ser la Ley de mercado cuando se hace ley de la jungla y se suaviza diciendo que es lo que pasa en la naturaleza, y eso pasa, como ya sabemos, porque dios quiere. Ley de Dios por tanto.

Fui con dos amigos al cine a ver American Beauty. Hace en mi cabeza mil años de eso. Salimos callados, todos lloramos mucho, cada uno por algo distinto, seguro. Y que el silencio unió en causa mágica única, aquella noche hasta universal. Pensamos que la bolsa en el aire era sin duda "la belleza", y volvimos caminando fijándonos en todo, sin encontrar belleza tan pura y universal. Cuánta pretensión, o cuánta necesidad.

Hace unos días, en la serie de la Sexta a mediodía, Padre de familia, hay una escena, se ve a dios gritándo desde el cielo: "pero gilipollas, ¡que es una bolsa!, una puta bolsa de plástico arrastrada por el viento, imbécil, qué belleza, pero si tu sistema digestivo es cien veces más complejo". Ahi estaba dios reivindicando su ley. A mi me hizo mucha gracia. Me reí de todos los que salimos llorados del cine por esa bolsa.




Y sin embargo, otra vez, al verlo, al verlo otra vez, esa frase, esa de la vida que hay en las cosas, me recuerda a algo que pasó hoy mismo, que casi acaba de pasar... Iba sabiendo que algo se me olvidaba, iba por la calle sin saber a dónde, no me acordaba del Inédito de Cortázar hasta que lo vi en una estantería, eso era, la felicidad estaba ahi esperándome en una bolsa, dentro de una. La abrí mientras regresaba, (no, no se voló la bolsa y viví un American Beauty), sino que abrí esos Papeles de veras inesperados, como se abre Rayuela, como la abrimos los que no creemos en dios, como la biblia, página 171, Un capítulo suprimido de Rayuela, el capítulo 126, es una escena de Talita y Traveler, ella duerme mientras él coloca una tela de araña entre ambos, con hilos que la recorren y van a la lámpara y tejen y destejen el sueño en el que ella sueña una tela de araña, (quizá sea un recuerdo modificado, en el que se llenan los huecos, porque no es en esta página donde puede leerse el capítulo, es sólo la explicación de Julio de por qué lo suprimía). Lo suprimía porque entendía que era reiterativo con el final, el de Oliveira en el manicomio, con los piolines, las palanganas y los rulemanes, a pesar de ser el anverso de la situación, decidió eliminar el de la tela de araña con cierta culpa, la culpa de quitar la base angular del libro, porque fue lo primero que escribió, y luego fue hacia atrás en la historia, buscando el porqué de la ceremonia, escribiendo el capítulo 41, (tiene algo de mágico ese capítulo, los clavos que Oliveira intenta enderezar en la ventana, mientras colocan un tablón para pasar de una ventana a otra). A esta altura yo miraba ya un escaparate clásico por aqui, de bolsos CH, y había dejado el libro por puro pudor de estar viendo la bolsa en silencio y rodeada de tanta gente, a esa altura de la calle ya andaba yo llorando y mirando bolsos. Ese capítulo suprimido lo conocí remontándose esta historia en mi cabeza a cien años atrás, quizá dos años hace que me leí ese capítulo, quizá tres, extrañas circunstancias de lectura, tanta belleza, tanta, a veces es insoportable.

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